Cuando tienes otra - Parte 1

La monogamia es una práctica que siempre ha estado en tela de juicio. No importa si el tener más de una pareja sexual sea un tema que se debata o se manifieste de forma abierta o en la clandestinidad de una taberna, lo cierto es que es algo que muy pocas personas lo han practicado sinceramente a lo largo de la historia.

En la antiguedad fueron pocos los grupos que apoyaron la monogamia como base social. Romanos y griegos, fueron impulsores de la moderna práctica del matrimonio. Ellos practicaban una aparente monogamia en el hogar, pero recurrían a esclavos y concubinatos para saciar sus apetitos sexuales, mientras que desde el judeocristianismo la poligamia no fue mal vista hasta  después del siglo III.

De acuerdo con la ciencia "el hombre es un animal polígamo que se empeña en vivir la monogamia"

 Pero, que importa lo que diga yo respecto a la historia o lo que la ciencia ha determinado.el objetivo de este post es en discernir cuestiones que la mayoría de los hombres no estamos dispuestos a ver cuando decidimos "tener otra".

Eso de "se me resbaló", "no era mi intensión" o "fué un momento de debilidad" es totalmente falso.

Por un lado tenemos a una mujer astuta (que mujer no es, aunque parezca mojigata) a la que por no le importa que su pareja tenga ya un compromiso quien más tarde si las cosas no resultan como lo ha planeado asume el papel de víctima. No es que descarte el escenario poco probable en que ella ni siquiera sospecha de la existencia de una novia o esposa oficial, pero con la tecnología y la existencia de las redes sociales, ésa es casi una posibilidad nula, por mas cuidadoso que seas.

Por otro lado está el tipo que se las da de vivo, que piensa que puede sostener más de una relación y que jamás será "pillado".

Plantearemos una situación típica de un hombre trabajador con un hogar perfecto: una bella mujer, dos hijos, un buen empleo o negocio, un departamento en una buena zona de la ciudad.

Todo parecería perfecto para firmar el libro con un "y vivieron felices para siempre" pese a la cantidad de situaciones y nuevos retos que a diario se presentan en las familias modernas. Pero como los hombres huímos de la perfección porque como que no nos cuadra, empezamos a encontrar que algo nos falta: quizá la emoción de otras épocas, la aventura, la adrenalína de la juventud o simplemente las hormonas nos empiezan a fallar y perdemos la "coherencia" en medio de una crisis de la mediana edad (cuarentas).

Entonces, de todo esto sale un grupo de Machos decididos a tomar riesgos.

Asumamos que este tipo seas tú. Uno de ellos, quien como toda persona de éxito mediano empieza a jugar en una serie de situaciones empezando por su propio lugar de trabajo: Léase: compañeras de trabajo, colegas de negocios, proveedoras, la camarera del restaurante donde siempre comes, la secretaria de uno de tus clientes, una cliente, etc.

Las posibilidades y las mujeres hay a montones allá a fuera, y como es típico del grupo mencionado en el que puede que tu estés, se ve tentado a lanzar una señal para comprobar qué oportunidades tienes en el hipotético caso de que trataras de conquistar, quizá como un acto de hombría, quizá como una muestra de destreza masculina o para demostrarte que todavía tienes tus encantos (no muy distinto a lo que les pasa a las mujeres).

Un jugueteo del que podemos esperar de todo.

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En fin... mañana continuaremos con la segunda parte de este artículo.

Soy Mácho Gurú, tu guía en temas del sexo.

Hasta mañana.!!!